La seguridad, el verdadero protagonista en los eventos masivos en Colombia
Por: Mónica Prieto, Gerente de Desarrollo de Negocios Región Andina en Genetec.
Colombia se ha consolidado como un destino cada vez más atractivo para la realización de grandes eventos. Conciertos multitudinarios, ferias internacionales, festivales culturales y competiciones deportivas congregan a miles de personas, impulsando el turismo y dinamizando la economía local. No obstante, a medida que crece la oferta de entretenimiento, también se intensifican los desafíos para garantizar entornos seguros y protegidos.
La seguridad en eventos masivos ha dejado de ser un tema logístico para convertirse en una prioridad estratégica. Ya no basta con contar con personal de vigilancia o planes de emergencia básicos. Los recintos y organizadores enfrentan exigencias más complejas: control de accesos, monitoreo de flujos de personas, detección temprana de incidentes, gestión de emergencias y, en un plano más reciente, protección de datos personales y ciberseguridad.
A nivel global, la tendencia apunta hacia la integración tecnológica, con la adopción de plataformas unificadas que permiten coordinar desde un solo sistema los diferentes componentes de seguridad: videovigilancia, reconocimiento de placas, control de accesos, gestión de incidentes, manejo de emisión de mensajes masivos, nivel de ocupación, entre otros. El resultado no solo es una respuesta más rápida ante eventualidades, que permitan anticiparse y prevenir riesgos antes de que ocurran, sino también manejar estadísticas para mejorar la operación para eventos futuros.
En Colombia, ese es un terreno en construcción. Si bien algunas ciudades y recintos han empezado a implementar soluciones de monitoreo avanzado, muchos de los organizadores siguen operando con sistemas fragmentados, donde la información no se comunica entre sí. Esta falta de unificación puede traducirse en demoras en la respuesta o, incluso, en decisiones descoordinadas frente a una emergencia.
A ello se suma el desafío de la cooperación. Los eventos masivos implican la participación simultánea de autoridades locales, cuerpos de socorro, operadores privados y empresas de seguridad. Sin mecanismos que permitan la interacción a todos los actores bajo una misma plataforma de información, la coordinación se vuelve más reactiva que preventiva.
El Internet de las Cosas (IoT) también está transformando el panorama. Sensores capaces de detectar cambios en la densidad de público, medir la calidad del aire o identificar comportamientos inusuales se integran hoy en estrategias de seguridad urbana que van más allá del recinto. Su aplicación podría fortalecer, por ejemplo, la movilidad en los alrededores de los estadios, la seguridad en aeropuertos, comercios y hoteles o la gestión energética en grandes centros de entretenimiento.
Avanzar hacia ese modelo requiere de planificación y una visión de largo plazo. Pero sobre todo, exige entender que la seguridad no es un requisito para cumplir con un permiso, sino la base sobre la que se construye la confianza del público. En una industria que depende del encuentro entre miles de personas, garantizar su bienestar no puede ser una tarea invisible.

